Cada cierto tiempo, aparece una nueva palabra de moda para referirse a una “dieta saludable”. Antes fue lo bajo en grasa, luego la dieta mediterránea, más tarde el vegetarianismo y el veganismo, y ahora es “basado en plantas”, una frase general que mucha gente usa para convencerse de que están comiendo saludablemente solo porque siguen una dieta que lleva ese nombre.
Pero cada vez que aparece una de estas modas, el término se convierte en una excusa para prácticas alimenticias poco saludables y productos procesados que erosionan la salud.
La moda de lo bajo en grasa nos trajo productos sin grasa pero llenos de azúcar que la gente consumía en exceso.
La dieta mediterránea fue interpretada de manera que terminamos reemplazando la proteína animal con legumbres y aceites mezclados y adulterados de baja calidad.
El veganismo popularizó alimentos como los frutos secos, pensando que eran una fuente completa de proteínas.
Y lo basado en plantas… bueno, trajo consigo una avalancha atroz de productos ultraprocesados como las carnes falsas, con ingredientes artificiales que apenas se pueden pronunciar.
La idea de que “lo vegetal es bueno y lo animal es malo” se ha vuelto muy popular. Como resultado, ahora tenemos leches de frutos secos que sustituyen a la leche real. Muchos padres incluso están dándoles a sus bebés fórmulas a base de almendras. No es raro ver deficiencia de minerales como el calcio en personas jóvenes, especialmente mujeres.
También estamos viendo deficiencias de proteínas porque se cree que con una taza de garbanzos, un puñado de almendras y una “hamburguesa” sin carne es suficiente para cumplir con los requerimientos de aminoácidos que necesitamos para desarrollar músculo, mantener nuestras funciones cerebrales, y para que las enzimas del cuerpo funcionen bien. Esto está afectando sobre todo a los niños, que terminan con deficiencias de vitaminas B, niveles bajos de hierro y problemas de tiroides.
Muchos de ustedes entienden esto y están eligiendo comer alimentos enteros y naturales, con una cantidad adecuada de proteínas animales. Pero me preocupa que algunos de sus amigos o familiares puedan estar cayendo en esta idea errónea de que la carne es mala y que debe limitarse lo más posible. A veces, incluso señalan estudios que supuestamente respaldan las dietas bajas en carne, y se sienten culpables por comer pollo, pescado o un buen corte de carne, pensando que eso les está haciendo daño.
El problema con muchos de esos estudios es que no están comparando a una persona que come alimentos naturales y balanceados con otra que sigue una dieta a base de comida chatarra. En realidad, comparan una dieta vegetal ideal, diseñada por expertos, con alguien que come papas fritas, pizzas y embutidos.
La lección más importante aquí es que no podemos dejarnos llevar por términos de moda sin hacer un análisis crítico. Especialmente cuando estos términos son tan amplios que casi no significan nada. “Basado en plantas” puede significar alimentos frescos como verduras, tubérculos, frutas, hierbas, especias y legumbres. Pero también puede incluir productos altamente procesados como pastas, carnes falsas llenas de químicos, azúcar refinada y postres industriales.
Antes de seguir cualquier tendencia o ideología alimentaria, asegúrate de comprender bien en qué consiste y lo que realmente implica.